Teléfonos Apple en la tienda de la compañía en Beijing
Teléfonos Apple en la tienda de la compañía en BeijingTHOMAS PETER / Reuters

El fallo del Tribunal General de la UE que exoneró a la multinacional Apple de pagar 13 mil millones de euros por impuestos evadidos a Irlanda como lo exigió la Comisión Europea ha sido una mala noticia para los impuestos en Europa. La Comisión estaba tratando de alterar los sistemas establecidos en varios países, como Irlanda, Holanda y Luxemburgo, que permiten a las multinacionales recibir muy bajos impuestos para atraer inversiones y empleos altamente calificados.

Independientemente de los argumentos legales del Tribunal General (primera instancia), cuya sentencia puede recurrirse ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), el caso revela una injusticia insostenible. Apple solo pagó una tasa impositiva corporativa del 1% por sus ganancias en Europa en 2003, que en 2014 la redujo a 0.005%. El acuerdo significa pérdidas significativas de ingresos fiscales para otros países europeos. El fallo judicial revela la desastrosa falta de armonización fiscal en Europa y puede actuar como un impulso para repensar la regla de la unanimidad que permite a cualquier país bloquear el más mínimo avance. El Comisario de Economía, Paolo Gentiloni, ha señalado que la UE pierde 131,000 millones cada año debido a la evasión fiscal.

Desde la creación del euro, Europa ha estado en camino por falta de política fiscal. Esto se refleja en la falta de impuestos propios para financiar su presupuesto y mantenerlo en un escaso volumen de alrededor del 1% del PIB europeo. Actualmente, los ingresos fiscales de la Unión provienen del 12% de los derechos de aduana; 12% del IVA y 72% de las transferencias de los Estados dependiendo de su nivel de ingresos.

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La necesidad de financiar el fondo de recuperación de 750,000 millones, o el monto acordado, para enfrentar la crisis puede forzar a superar la unanimidad paralizante en materia fiscal. Gentiloni y otros líderes han planteado la conveniencia de que las medidas fiscales que se adopten por mayoría cualificada con el acuerdo del Parlamento Europeo y propongan nuevos impuestos europeos que se aplicarían a los plásticos no reciclables, las actividades digitales y las importaciones de productos generados con altas emisiones.

Los nuevos impuestos son un requisito obligatorio. Marta Pilati, del Centro de Políticas Europeas (EPC), ha calculado que solo el reembolso sin intereses de los 750,000 millones del fondo prestado por la Comisión significaría el pago de 25,000 millones al año. Para el próximo presupuesto europeo (2021-2027) significaría una carga de 175,000 millones, sin contar los intereses. Pilati advierte que la falta de ingresos propios puede conducir a “una opción más preocupante: reducir el gasto futuro en políticas de la UE”. El fallo de Apple y el nuevo fondo de recuperación instan a Europa a armonizar sus impuestos o estará condenado a la irrelevancia.