El domingo, cientos de soldados fueron desplegados en Andalucía para ayudar a extinguir un gran incendio forestal que obligó a miles a huir.

Por lo menos 260 soldados del batallón de intervención de emergencia Fue enviado para proteger las localidades de Jubrique, Farajan, Genalguacil y Pujerra en la provincia de Málaga en el sureste de España.

El incendio entró en su quinto día el lunes, destruyendo casi 7.000 hectáreas de bosque y obligando a unas 2.500 personas a evacuar.

El domingo, cerca de 1.500 residentes de Jubrique, Genalguacil y otras cuatro aldeas fueron evacuados. Más de 1.000 personas han sido sacadas de forma preventiva de sus hogares en los alrededores de la localidad turística de Estepona, muy frecuentada por turistas y extranjeros.

El oficial de bomberos Alejandro García (Alejandro García) dijo: “En comparación con los incendios que estamos acostumbrados a ver, estamos hablando de un incendio con una fuerza e intensidad inusuales”. Dile al reportero La decisión sobre el despliegue de soldados.

Los refuerzos fueron bienvenidos, pero bomberos como Rafael Fanega dijeron que el fuego aún estaba “fuera de control” y pidió más botas en el suelo para apagar las llamas.

“No vi suficiente personal de despliegue”, dijo Fanega desde Jubrique después de la evacuación. “Algunas personas pueden tener opiniones diferentes, pero esta es mi opinión”.

El jueves, un bombero de 44 años murió mientras intentaba apagar el fuego.

Según datos de la Junta de Andalucía, se han desplegado más de 600 profesionales para apagar incendios y ayudar a los vecinos. Están apoyados por hidroaviones y numerosos helicópteros.

Según el ministerio, combatir el incendio se ha vuelto difícil debido a “las peculiaridades del terreno” (caracterizado por fuertes pendientes) y “condiciones climáticas adversas”.

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Las autoridades dijeron que tenían evidencia de incendio provocado y estaban investigando.

García también vinculó la vida silvestre con las advertencias globales y dijo a los periodistas: “Hemos estado hablando de las consecuencias de abandonar el medio ambiente o el cambio climático. Hoy vivimos entre ellos”.

En el verano, devastadores incendios forestales azotaron los países mediterráneos, incluidos Grecia, Italia, Turquía y Argelia. La alta temperatura les proporcionó combustible.