Los filtros de luz azul para gafas se han vuelto cada vez más populares en los últimos años como una forma de reducir la fatiga ocular y proteger la retina. Sin embargo, la falta de evidencia científica sólida ha generado dudas sobre la verdadera eficacia de estos filtros.

Una revisión sistemática de estudios realizada recientemente concluye que no se recomienda el uso generalizado de gafas con filtro de luz azul. Este análisis incluyó un total de 17 ensayos controlados realizados entre 2009 y 2021, con un total de 619 pacientes.

Los resultados de esta revisión no encontraron ventajas a corto plazo en el uso de filtros de luz azul para reducir la fatiga ocular relacionada con el uso de computadoras. Además, no está claro si el uso de estas gafas afecta la calidad de la visión o del sueño, ni si tiene efectos a largo plazo en la salud de la retina.

Ante estos hallazgos, los profesionales y consumidores deben tomar en cuenta estas conclusiones antes de comprar este tipo de gafas. Aunque los filtros de luz azul pueden parecer una opción atractiva, especialmente para aquellos que pasan largas horas frente a las pantallas, la evidencia científica actual no respalda su eficacia.

La calidad de los datos obtenidos en estos estudios no permite concluir si los resultados son diferentes en diferentes poblaciones o si varían entre distintos productos. Por esta razón, se requieren estudios adicionales que se enfoquen en analizar los efectos a largo plazo y en diferentes aspectos visuales.

Mientras tanto, la recomendación actual de los expertos es utilizar lágrimas artificiales para mantener los ojos hidratados y descansar la vista regularmente cuando se trabaja con pantallas. Estas medidas simples pueden ayudar a aliviar la fatiga ocular sin necesidad de recurrir a gafas con filtro de luz azul cuya eficacia aún está en duda.

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En resumen, los filtros de luz azul para gafas han ganado popularidad en los últimos años, pero la evidencia científica actual no respalda su uso generalizado. Antes de comprar estas gafas, es importante considerar los resultados de la revisión de estudios, que concluye que no se recomienda su uso para la población en general. Se necesitan más investigaciones para comprender mejor los posibles efectos a largo plazo y en diferentes aspectos visuales. Mientras tanto, es recomendable seguir medidas más simples, como el uso de lágrimas artificiales y descansar la vista regularmente al trabajar con pantallas.