Ricardo Lezón, de 53 años y originario de Zaragoza, ha encontrado en la música un apoyo constante a lo largo de su vida. A pesar de haber tenido diferentes empleos para ganarse la vida, su verdadera pasión siempre ha estado en la música. Hace 21 años fundó el grupo musical McEnroe en Getxo, Bizkaia, y a través de sus letras y canciones ha logrado crear un universo propio.

Aunque nunca estudió música formalmente, Lezón ha sido capaz de componer canciones y ha publicado poemas, y ahora ha decidido compartir su historia personal en una autobiografía llamada “Lento y salvaje”. En este libro, el músico habla abiertamente sobre su lucha contra la ansiedad y cómo esta ha afectado su vida y su relación con la música.

Lezón considera que la ansiedad es algo común y es importante hablar abiertamente sobre ella para eliminar el estigma que la rodea. De hecho, las canciones de McEnroe han servido como un antídoto a la ansiedad para muchos de sus seguidores, incluyendo a la reconocida escritora Ángeles González Sinde.

Las canciones de McEnroe hablan principalmente de amor en todas sus etapas, desde el comienzo hasta el final. Lezón ha aprendido a través de su sensibilidad extrema a encontrar un equilibrio y distancia con las personas para no aplastarlas ni alejarlas. Incluso pasó dos años viviendo en un pueblo de Soria para alejarse del mundo y encontrar paz.

A pesar de no haber vivido exclusivamente de la música, Lezón no considera el éxito como llenar estadios, sino en el impacto emocional que generan sus canciones en sus seguidores. Para él, la belleza cura silenciosamente y está asociada con la pureza y la bondad.

READ  Retrasos epidémicos en la apertura del centro comercial de lujo más grande de México

Aunque Lezón no escribe desde la tristeza, reconoce que la tristeza encierra momentos hermosos y brillos que inspiran sus canciones. Su música ha sido una fuente de consuelo para muchos y ha dejado una huella emocional en aquellos que han tenido la oportunidad de escucharla.

Con su autobiografía “Lento y salvaje”, Ricardo Lezón demuestra que la música es mucho más que notas y melodías. Es una forma de expresión y una herramienta poderosa para sobrellevar nuestras luchas internas. Su historia inspiradora invita a reflexionar sobre el poder sanador de la música y la importancia de hablar abiertamente sobre nuestros problemas emocionales.