Los gigantes de Internet, como Google, YouTube, Amazon, Facebook, Instagram, Twitter y TikTok, estarán sujetos a la Ley de Servicios Digitales (LSD) de la Unión Europea (UE). Esta legislación tiene como objetivo combatir la desinformación, el odio en línea, la pornografía infantil y las falsificaciones en estas plataformas.

Como parte de la LSD, las empresas de Internet están obligadas a implementar medidas de transparencia y lucha contra los contenidos ilícitos bajo la supervisión de la Comisión Europea. Aquellas que incumplan estas normas podrían enfrentar multas de hasta el 6% de su volumen de negocios mundial, así como posibles prohibiciones temporales de operar en la UE.

Además, las plataformas deben proporcionar a los usuarios una herramienta que les permita informar fácilmente sobre contenidos ilícitos y retirarlos rápidamente. También deben someterse a auditorías anuales independientes y ofrecer alternativas sin personalización en sus algoritmos de recomendación.

La LSD prohíbe la publicidad dirigida a menores y basada en datos sensibles. Ante esta nueva normativa, empresas como TikTok, Microsoft (LinkedIn y Bing), Meta (Facebook e Instagram) y Google han anunciado cambios para cumplir con la legislación.

Sin embargo, un equipo de la UE ha concluido que Twitter aún tiene mucho trabajo por hacer para cumplir con las reglas de la LSD. A pesar de esto, la aplicación de la legislación está siendo supervisada por un centenar de personas en el Ejecutivo europeo.

En medio de esta situación, Amazon y Zalando han recurrido a la justicia europea, argumentando que no cumplen los criterios para estar sujetos a la LSD. Mientras se resuelve este conflicto, ambas empresas deben cumplir con las reglas establecidas, excepto en lo relacionado con la transparencia de la publicidad para Amazon.

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La LSD marca un hito en la regulación de las grandes plataformas de Internet en la UE, con el objetivo de garantizar un entorno más seguro y transparente para los usuarios en línea. Este esfuerzo por parte de la Unión Europea busca combatir problemas como la desinformación y el odio en línea, al tiempo que protege a los más vulnerables, como los menores, de contenidos inapropiados.