En un discurso ante la nación, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, rechaza el racismo, pero dice que eliminar las controvertidas estatuas de la era colonial tampoco es la respuesta.
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En un discurso televisado al país el domingo por la noche, el presidente francés Emmanuel Macron rechazó profusamente el racismo, pero enfatizó que “no permitiría la eliminación de las controvertidas estatuas de la era colonial”.

Fue la primera vez que se dirigió a la nación desde una serie de protestas violentas en el país contra la brutalidad policial y la discriminación racial tras la muerte de George Floyd en los Estados Unidos, mientras estaba bajo custodia policial, como se informó. Se informa que al menos 15,000 personas se manifestaron en París el sábado. Los manifestantes en Francia han expresado una gran ira por la discriminación racial en Francia, particularmente contra las minorías de ascendencia africana.

Sin embargo, a diferencia de otros líderes, Macron admitió en su discurso “que el nombre, el color de la piel e incluso la dirección de una persona pueden limitar sus posibilidades de éxito en Francia”. Dijo que creía “en la lucha contra el racismo, para que las personas puedan encontrar su lugar en la sociedad, independientemente de su religión o etnia”, y prometió ser “intransigente frente al racismo y la discriminación”.

Sin embargo, a pesar de los llamados a derribar estatuas relacionadas con la historia colonial de Francia y el comercio de esclavos, Macron insistió en que “no permitirá la eliminación de ninguna estatua, ni borrará ningún nombre de la historia del país”. En cambio, señaló: “Deberíamos ver toda nuestra historia juntos, incluidas las relaciones con África, con el objetivo de la verdad en lugar de negar quiénes somos”. Aunque Macron está bajo una gran presión para enfrentar la brutalidad policial y el racismo institucional, como países como Estados Unidos, también elogió la respuesta de la fuerza policial a las protestas.

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