La inflación en la eurozona ha seguido moderándose durante el mes de julio, alcanzando un 5,3%, lo que supone una disminución de dos décimas con respecto al mes anterior. Este nivel es el más bajo registrado desde que comenzó la guerra en Ucrania en febrero de 2022.

A pesar de esta moderación, la inflación subyacente, que excluye alimentos, alcohol y tabaco, se mantuvo elevada en un 5,5%. No obstante, la inflación general ha experimentado una disminución constante, ya que en mayo alcanzó el 6,1% y en abril llegó al 7%.

En el contexto de la Unión Europea, la tasa de inflación interanual se situó en un 6,1%, lo que representa una reducción de tres décimas con respecto a junio. La caída del 6,1% en el costo de la energía fue el factor principal en la moderación de la inflación en julio.

Sin embargo, los precios de los alimentos frescos aumentaron un 9,2%, lo que ha contribuido a mantener la inflación en niveles elevados. Además, los precios de los servicios aumentaron un 5,6%, mientras que los bienes industriales no energéticos se encarecieron un 5%.

Los servicios fueron el principal factor detrás del aumento de precios, seguidos de los alimentos, alcohol y tabaco. Por otro lado, la inflación sin tener en cuenta el impacto de la energía se situó en un 6,7% en julio, lo que indica que la inflación subyacente se mantuvo estable en un 5,5%.

Estos datos reflejan una tendencia positiva en la estabilización de la inflación en la eurozona, aunque persisten algunos desafíos en cuanto a los precios de los alimentos y los servicios. Es importante seguir de cerca la evolución de la inflación en los próximos meses para evaluar su impacto en la economía europea.