El norte de Burgos se encuentra actualmente enfrentando una inusual ola de incendios forestales, incluso en pleno invierno. Los puertos de montaña de La Sía, Lunada y Estacas de Trueba han sido escenario de cuatro incendios en lo que va de semana, lo que ha generado preocupación entre las autoridades y la población local.

Lo más alarmante es que estos incendios han sido provocados, y se sospecha que se deben a malas prácticas de eliminación de matorrales con el fin de favorecer la regeneración de pastos. Esta práctica peligrosa ha desencadenado graves consecuencias, especialmente en el último incendio registrado en Estacas de Trueba, que ha afectado a más de 80 hectáreas.

Ante la magnitud de la situación, se ha requerido la movilización de un helicóptero desde Zamora para combatir el fuego en zonas inaccesibles. Además, se ha observado un patrón preocupante en estos incendios, ya que las llamas aparecen durante la noche, dificultando aún más las tareas de extinción.

El problema se agrava por la escasez de medios materiales y humanos fuera de la temporada de alto riesgo. Esto ha sido denunciado por la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla y León, quienes exigen al consejero de Medio Ambiente que tome medidas urgentes para solucionar esta situación. Han expresado su preocupación por el hecho de que solo haya dos agentes de guardia para toda la provincia de Burgos, lo que resulta claramente insuficiente para hacer frente a la situación actual.

Ante la falta de recursos, se ha tenido que recurrir a agentes de otras zonas para unirse a los equipos de extinción en Espinosa. Sin embargo, la falta de conocimiento del terreno dificulta su trabajo y aumenta los riesgos asociados a la tarea.

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En resumen, el norte de Burgos está sufriendo una serie de incendios forestales, provocados y agravados por malas prácticas de eliminación de matorrales. Esta situación ha generado preocupación tanto entre las autoridades como entre la población local, quienes demandan una respuesta urgente para contener el fuego y evitar mayores daños. La colaboración y el refuerzo de los recursos humanos y materiales, así como una mayor concienciación sobre la prevención de incendios forestales, se hacen imprescindibles en esta situación crítica.